El Gran Perdedor, según el Gran Hermano

A principios del año 2012, Fabricio Correa Delgado, hermano mayor del ex-presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, dijo que el ex-gobernante fue el “gran perdedor” en la demanda interpuesta contra el diario El Universo de Guayaquil porque su imagen se resquebrajó a nivel mundial.

Fabricio consideró en una entrevista con EFE, que su hermano no debió permitir “jamás” que esa acción judicial se presentara.

Tuvo que recular y decir publicamente: “los perdono, sin olvido”. ¿Qué resultó de eso?, el diario continiuó el caso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en donde ganó ampliamente el caso. ¿Quién fue el gran perdedor? El ex-presidente Correa, afirmó Fabricio.

Fabricio Correa, un empresario de la construcción aseveró que en ese caso “montaron un delito que no existe, una autoría contra los dueños del diario El Universo que tampoco existe, además los delitos penales no los cometen las personas jurídicas”. Aclarando de esta manera que todo fue un montaje de tipo ignoranton y macabro en contra del diario El Universo de Guayaquil y el periodista Emilio Palacios.

Después, Fabricio agregó, se descubrió que “el propio abogado del presidente, según las pruebas presentadas en Fiscalía y la jueza que llevaba el caso, hizo la sentencia por la cual le regalaban 40 millones de dólares a su ñaño. La imagen del entonces presidente se vino por el suelo. !Su imagen de honestidad que se la ha cuidado tanto! se vino al suelo”. Mario Vargas Llosa, el Nobel de Literatura, refiriendose al mismo caso, afirmó que el honor del ex-presidente quedó “por las patas de los caballos”, (entre los meados y mierda de los caballos), porque a nivel internacional las organizaciones de periodistas, derechos humanos y demás determinan su condena como un atropello a la libertad de expresión.

Correa demandó a los tres pricipales directivos del diario El Universo y a su ex-editorialista Emilio Palacio, por “injurias calumniosas en su contra”, por un artículo de opinión en donde se señalaba que el ex-mandatario habría ordenado “fuego a discreción” contra un hospital lleno de civiles, durante una revuelta policial el 30 de Septiembre del 2010.

Varios tribunales favoritistas al régimen ratificaron la sentencia de tres años de prisión y una indemnización de 40 millones de dólares contra los demandados y, luego, después de descubiertas las mentiras y fraude macabro y sarcástico de Rafael Correa, éste decidió hacerce el bien pendejo, olvidarse de los 40 millones de dólares, y perdonarles solicitando la remisión total de la condena. El caso generó un rotundo rechazó en los gremios periodísticos tanto ecuatorianos como internacionales.

Para Fabricio Correa, esa demanda se sumó a otras situaciones que, según él, han lesionado la imagen internacional del ex-mandatario, como denunciar un secuestro y un golpe de Estado durante la revuelta policial que “luego se descubrió que no hubo golpe, ni hubo secuestro”.

Después de eso, Correa se declaró el mejor amigo del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, que no sólo mata a la oposición, sino que se declaró el principal enemigo de Israel y de EE.UU. y quiere la bomba atómica para borrarlos del mapa”, con lo cual, agregó, “ya empieza a entrar en la línea de lo que los diarios de EE.UU. llaman: un paria internacional”.

Hoy, siete senadores republicanos de Estados Unidos llaman al presidente demócrata Joe Biden a “responsabilizar” al exmandatario ecuatoriano Rafael Correa por “corrupción” y “violaciones de los derechos humanos”.

Correa gobernó el país (Ecuador) diez años durante tres mandatos consecutivos tras ganar las elecciones en 2007, 2009 y 2013. Ahora vive exiliado en Bélgica y pesa sobre él una orden de prisión dictada por la justicia ecuatoriana que en 2020 lo condenó a ocho años de cárcel por cohecho. El cohecho es un delito contra la administración pública que constituye un acto bilateral que ataca a la rectitud y buen proceder propios del funcionario o servidor público en el cumplimiento de sus funciones, corrompiéndole a base de dinero, dádiva o promesa, para obtener el cohechador un beneficio justo o injusto.

El Congreso de Estados Unidos intenta así estrechar las relaciones con Ecuador, algo que según los senadores pasa por hacer que Correa rinda cuentas a la justicia. Por eso exhortan a Biden “a responsabilizar inmediatamente al ex presidente” por “su participación en actos de corrupción significativa y violaciones de los derechos humanos internacionalmente reconocidos en Ecuador”.

En una carta, los senadores recomiendan al presidente que utilice todas las herramientas a su disposición para traer a Correa ante la justicia. Citan también la sección 7031(c), la cual permite impedirle el acceso a una visa para entrar a Estados Unidos.

Los senadores, entre los que figura Marco Rubio, de origen cubano, se quejan de que a pesar de estar “imputado en un proceso penal por ordenar el secuestro de un líder opositor” y de una solicitud de extradición contra él por parte de Ecuador, Correa siga “viajando libremente entre Europa y latinoamérica”. Algunos de estos viajes son “para reunirse con funcionarios del régimen narcoterrorista de Venezuela”, sancionado por los Estados Unidos.

Correa “difunde activamente retórica antiamericana y altera las instituciones democráticas de su país para su propio beneficio”, sostiene el senador Rubio en un comunicado en español.

Los Ecuatorianos damos fe de que Rafael Correa, el gran cuentero de Carondelet, no descansa en su afan de destruir al Ecuador desde todos los angulos posibles. Los ecuatorianos de buena fe no descansaremos jamás hasta ver a este rufian tras las rejas como ya fue enjuciado, sentenciado y condenado, además de que se le imputen adicionalmente todos los cargos que ameritan todos los delitos por él cometidos, al igual que a toda su banda de pillos, ladrones, asesinos, sicarios y malandros asociados.

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