Si bien es cierto que los correistas en la asamblea aún son una mayoría de descaradas y desgraciados, TODOS ELLOS TRAIDORES A LA PATRIA, también es cierto que ya son una minoría muy despreciable en todo el Ecuador.
Traidores a la patria, desenmascarados por el propio pueblo ecuatoriano.
Se les paso la mano del descaro y de ladrones a esta pandilla de "rufianes organizados" que ahora gobierna el Ecuador; y ahora es el turno del pueblo ecuatoriano para expresar su repudio total a ésta que demostró claramente ser una "pandilla de delincuentes organizados". A lo largo y ancho del país se escucha el grito de un pueblo que reclama justicia, y para decirles a todos estos bribones "hijos de perra", que con el Ecuador no se juega.
Las manifestaciones populares en todo el Ecuador son numerosas, son espontáneas, y representan a todos los estratos sociales del país. Hay niños, mujeres, ancianos, estudiantes, maestros, profesionales, indígenas, deportistas, líderes comunitarios, … todos finalmente unidos como hermanos para derrocar al tirano y a todos sus lacayos!!
Las imágenes lo dicen todo: Cuenca, Guayaquil, Loja y Quito son las primeras en levantarse contra el gobierno y contra todos sus lacayos apuntalados en la Asamblea, en la Fiscalía, en la Justicia, en las FF.AA., y en los mandos policiales. Mandos militares y policiales corruptos, como hombresitos sin moral ni ética, fingiendo ser valientes terminaron como cobardes ladrones y asesinos, defendiendo la corrupción y dándole las espaldas al pueblo que los armó muy equivocadamente.
Aún así, con todas las fuerzas civiles y militares en su contra, un pueblo valiente se levanta a lo largo y ancho de la república, para gritar a una sola voz:
¡Fuera Correa, Fuera!
¡Fuera delincuentes correistas, Fuera!
¡Fuera canciller narcovalijero, Fuera!
¡Fuera circulo rosa, Fuera!
¡Fuera desgraciados rateros ladrones alzamanos y cuenteros de la Asamblea, Fuera!
¡FUERA HIJOS DE PUTA, FUERA!
El repudio a las autoridades gubernamentales es generalizado. La corrupción derramó el vaso. Los impuestos ahorcaron al pueblo. Los asesinatos no se han olvidado. Los desfalcos aún estan frescos. Las desapariciones están presentes. Las persecusiones fueron interminables. El terrorismo de estado fue IMPLACABLE. La sinvergüencería alzo su bandera en Carondelet y en la porquería de Asamblea Nacional, muy en alto, hasta que despertó el pueblo ecuatoriano.
¿Y ahora?
Tus horas en el poder están contadas “Cuentero Infeliz”. Hiciste del Ecuador tu "estropajo inmundo", Robaste y perseguiste por donde pudiste. Y ahora el pueblo te va a pedir “CUENTAS”
! Solo espera y ya verás lo que viene adelante ! ¡ Aún no has visto todo ! ! Ya viene lo mejor !
¡ Por un Ecuador sin Cuentero Ladrón ! y sin esta pandilla de rufianes !!
8 de junio: el día en que los correístas perdieron la tribuna de la Shyris
Por Roberto Aguilar ( Propaganda oficial ) El secretario nacional de Acción Política del correísmo, "Óscar Bonilla", echa chispas por los ojos y fuego por las fosas nasales: “¡¡¡Nuestro error hijuepucta, –brama subrayando el fonema oclusivo de la penúltima sílaba, sobre la que recae la acentuación de la frase–, fue dejar que se tomen la tribuna!!!”. Acompaña el reclamo con un firme y desgarrador movimiento de manos hacia abajo, las palmas vueltas hacia el cielo, agarrotados los dedos: “ ¡¡¡JuepuCta!!!”. Dicho lo cual abandona entre aspavientos el corrillo de amedrentados militantes que se miran unos a otros con cara de ¿por-qué-no-estamos-en-las-páginas-amarillas?, y atraviesa a grandes zancadas la avenida de los Shyris, con los ojos desorbitados. Dos o tres lo siguen tímidamente. Juntos tratan de reagrupar las fuerzas un tanto dispersas a esas alturas de la noche, (son las siete), pero la verdad es que no dan un palo al agua. A pocos metros de ahí, frente a la casa del partido de gobierno, la secretaria nacional del movimiento, "Doris Soliz", con doliente cara de velorio, –los hombros caídos, las manos sueltas, los labios apenas entreabiertos, perdida la mirada en un punto cualquiera del pavimento, de espaldas a sus colaboradores más cercanos–, vive su momento de soledad perfecta.
¿Cómo llegaron a este punto si estuvieron ahí primero?
A las cuatro de la tarde, la tribuna de la avenida de los Shyris era suya. ¿Cómo no habría de serlo si su sede queda al frente?. Junto a la vereda aparcaron los dos buses que vinieron cargados de refuerzos: el de la cooperativa "Reina del Cisne", y aquel otro que trajo gente de la Costa, adornado con los logotipos del "Ministerio del Deporte" y de la federación deportiva de la provincia de El Oro: “Rocío Barriga presidenta”, se lee sobre la carrocería; y un número de teléfono. Profusión de banderas verdeagüita. Consignas revolucionarias y antipeluconas. Fiesta en la tribuna. A ese momento corresponden las fotos de una jubilosa Doris Soliz que circularon en el Twitter.
Recién a las cinco empezaron a llegar los opositores "autoconvocados" por las redes sociales, y se fueron instalando en la mitad sur de la tribuna. La semana anterior no pasaron de un puñado, y ahora, siendo lunes, no se esperaba que hubiera muchos más. Sin embargo, pronto igualaron en número a los correístas.
Y siguieron llegando. A las seis y media, un cinturón de policías "antimotines", de uniforme negro, –casco, peto, escudo, porra–, contiene a la creciente masa de manifestantes anticorreístas en el extremo sur de la tribuna, a la altura de la calle Holanda. Al otro lado [de la tribuna], ocupando su porción de graderío, los que llegaron primero han quedado rodeados por las masas verdeagüita que los intimidan a grito pelado y batir de banderas. Hace rato que el tráfico ha sido interrumpido. Separados por el cordón de uniformados, ambos grupos se concentran en el costado occidental de la avenida, dejando un carril libre al otro extremo, por donde circulan –auténtico territorio comanche sin resguardo policial–, gentes de un lado y otro.
Pero los anticorreístas, –no lo había previsto nadie–, siguen llegando. Que burlen el cerco es cuestión de minutos. Y así ocurre: de pronto, al grito de “¡Vaaamós, vaaamós!”, avanzan por el carril descubierto de la avenida, en maniobra envolvente, característica del juego del Go. Atari. Los verdes, en clara desventaja numérica, "huyen despavoridos", "abandonando tribuna y calzada". El cinturón policial retrocede cincuenta metros. Óscar Bonilla se tira de las barbas y prodiga instrucciones, como si la revolución dependiera de ello, pero ya la avenida ha sido conquistada por un riente ejército de opositores, y desde más allá de la calle Portugal se escucha un solo grito coreado por más de mil gargantas: “¡Fuera Correa, fuera!”.
¡Fuera Correa, fuera!
Es la clase media quiteña, en el soberano ejercicio de su indignación moral. Aires que recuerdan a Abril de 2005 se respiran en la Shyris: es el ambiente distendido y voluntarioso, cargado de desafiante buen humor, propio de la multitud sin líderes. Pero hay una diferencia: en 2005 no hubo un bando gutierrista. Ahora los correístas están ahí, y aunque por una vez son menos, muchísimos menos, hacen de la fiesta una "batalla". Un nuevo piquete de policías, esta vez de los comunes y corrientes, de chaleco fosforescente y guata ostensible, llegan para formar un segundo cordón entre los [dos] grupos. Por sobre ellos, los gritos van y vienen de un lado a otro de la calzada, y por espacio de tres horas ambos bandos juegan a responderse las consignas. A la voz de “¡Fuera Correa, fuera!”, los correístas responden: “¡Ahí están, esos son, los cachorros de León!”. “¡Paguen sus impuestos!”, reclaman los verdes; “¡Dejen de robar!”, endosan los de oposición. “¡Fuera borregos!”, gritan éstos. “¡Fuera ratas!”, responden los otros. “¡Esto es Quito, no Venezuela!”, se oye de un lado. “¡Esto es Quito, no Miami!”, se replica desde el otro. Y el grito de “¡Uh, ah, Correa no se va!”, coreado por los del gobierno, es ahogado por un rotundo “¡Uh, ah, Correa maricón!”, que no rima, pero resuena con la vibrante contundencia de las palabras agudas terminadas en -n, y resuelve la disputa a favor de los anticorreístas. “¡Sanducheros, sanducheros!”, continúan éstos, y rematan: “¡Meee, meee!”. Los otros callan porque no saben cómo hacen las ratas.
Pero no todo es juego y buen humor. De rato en rato, ásperos estallidos de violencia sacuden a ambos bandos. En las primeras filas, por sobre los hombros de los gendarmes, correístas y anticorreístas se meten las manos a la cara, y vociferan insultos de los más canallas. Sus rostros se contraen, se retuercen en muecas crispadas de saña indescriptible, convulsionados por un odio ciego. Del bando oficialista vuelan objetos contundentes en la dirección contraria, tubos de PVC, de los que se usan como astas de bandera, sirven como proyectiles contra los rostros enemigos. Una y otra vez, los anticorreístas arrebatan banderas a la fuerza [correistas] para prenderles fuego, entre aullidos tribales y gestos de catarsis. La legisladora aliancista "Zobeida Gudiño" defiende la suya y responde, muy parlamentaria ella, con un grito y un puñetazo.
En las áreas limítrofes hay eventuales intercambios de palos y de golpes. En la zona correísta, los funcionarios del partido, entre los que se cuentan varios asambleístas y ministros, guardan una discreta posición de retaguardia, cediendo las líneas de avanzada a los más rabiosos militantes movilizados en buses a cambio de una pitanza. Algunos de ellos se ensañan con un grupo de mujeres mayores que buscan un paso entre la multitud: “¡Anda a dar la vuelta, pelucona hija de puta” les gritan. Y sueltan un palazo.
En el otro extremo de la manifestación, una señora de oposición lanza un paraguazo contra uno que la amenaza, enronquecido y vociferante. Movidos por el odio, el lumpen proletariado y la burguesía descargan sus rencores mutuos, tan dispuestos a la violencia, tan llenos de miedo al otro que asusta contemplar en lo que puede convertirse este país si las cosas siguen este curso.
Rafael Correa debe sentirse satisfecho: ¿no es esa la lucha de clases que tanto quería?
Son las ocho y media de la noche. Un grupo de policías a caballo monta guardia en la zona correísta, sus cabalgaduras dirigidas hacia el otro lado de forma intimidante, para que no quepa duda de en qué bando están. De la sede del movimiento de gobierno, a pocos metros de ahí, se ha sacado un gran amplificador, y se ha instalado sobre la vereda: a un volumen imposible, Pueblo Nuevo despacha los lastimeros acordes de la canción "Cómo será la patria, dolorida y gimiente".
Hay que tener jeta para solazarse con esta música y acusar de sufridores al resto.
Los altos dirigentes, ministros y asambleístas, José Serrano, Óscar Bonilla, Doris Soliz y los demás cuadros del partido se han refugiado en el interior, seguramente para planificar la resistencia de la próxima jornada de protesta. No pueden permitir que se les vuelva a arrebatar la tribuna de la Shyris, frente a su propia casa. La estrategia sin duda contemplará un nuevo cálculo de buses y banderas; sánduches, quizá, y, pese a las vacas flacas, algún viático. Y un número correcto de policías y caballos. Lo de hoy no puede repetirse.
Afuera, a las nueve, dos grupos cada vez más reducidos de manifestantes, los más irreductibles, los más avezados, los más vehementes, continúan ocupando la calzada. Odiándose.
(Las fotos fueron tomadas de las redes sociales)
Comentarios:
3 comentarios en “8 de junio: el día en que los correístas perdieron la tribuna de la Shyris”
¡O perdemos nuestro miedo, o perdemos nuestro futuro!
Pues ya que la situación política llegó a este punto, y en casi exclusiva culpa del caracter irascible, visceral, resentido y prepotente de RCD, es hora de definirse y decidir si se está a favor de la corrupción y el alienamiento, o de la democracia y la tolerancia. Pero recuerden que, mientras piensan que hacer y en ausencia del mandamás, el vicepresidente (el que copió extensamente una tesis y que sin recato deseó feliz día a todas las madres ecuatorianas -incluyendo madres solteras, menores de edad y violadas), convocó hoy a Carondelet a ministros, asambleístas y concejales para establecer "ESTRATEGIAS CONTRA EL PUEBLO" que se manifiesta en su contra, con el estúpido argumento que quienes salen a protestar son de “derecha”, o “pelucones”, con el único fin de REPRIMIR los legítimos reclamos de quienes son pueblo, pero no tenemos ni representación ni defensa.
¡O perdemos nuestro miedo, o perdemos nuestro futuro!
Rommel Sánchez Zapata 9 junio, 2015 a las 5:16 pm
Lumpen y burguesía. Eso grafica el encontrón de gobiernistas y oposición.
El lumpen estuvo en ambos bandos. La burguesía, en ambos tambíén. Pueblo bajo y clase media somos víctimas del sistema capitalista, tras cuyo poder político andan los dos: la nueva burguesía, en caramada hoy en Carondelet, en pos del continuismo y de la cobertura a sus fechorìas. La vieja, con Lasso y afines, en pos de recuperar el poder político perdido. Perdido a medias. Porque enormes monopolios siguen siendo beneficiados por el gobierno de la “revolución ciudadana”. Esta comedia de los impuestos a la herencia, es eso: comedia. Porque ¿se redistribuye verdaderamente la riqueza con este artificio? Si fuese verdadera revolución el engaño que hoy vivimos, el mejor paso podría ser gravar con altos porcentajes en el Impuesto a la Renta a las grandes empresas. Y no sólo para la obra infraestructural que, a la postre va a servir al mismo poder oligárquico, sino para crear grandes empresas comunitarias, sin propósitos de acumulación. ¿Utopía? No. Alternativa al fracaso de la estatización por la cual colapsó el “socialismo real” que, en rigor, no fue socialismo. Alternativa para sentrar las bases estructurales de un verdadero socialismo. Grave cosa que los psc, madera de guerrero, creo, suma y más engendros estén cosechando las estúpidas medidas del gobierno correista que, en rigor, sólo rasguña al gran capital.
Debería haber clamor por la voz de la izquierda radical, anti corrupción y anti-capitalismo. Anti extractivismo, pro socialismo.
jaimemunozmantilla 9 junio, 2015 a las 4:42 pm
Para nosotros de la “clase media baja, tirando a subterranea”, este espectaculo (donde somos protagonistas de primera linea), no ha sido inusual en todos los desgobiernos ratas del pais(sobre todo con dictaduras y el Febres), pero en el actual desmadre, se estan batiendo records, solo que sin apoyo mediatico, ni quien se conduela de nosotros, a duras penas unas lineas vagas y sin apoyo real, por eso no apoyamos a los que percibimos pelucones o partidarios del sistema, pero ante las circunstancias, nos unimos a las protestas como en los Shyris(como cuando el Gutierrez), aunque manteniendo distancias; ¿alguien protesto de veras cuando se robaron nuestros fondos previsionales a mano armada?, ¿alguien protesta cuando esquiroles y traidores de clase crean “organismos clasistas” con los cuales “dialogan” gobierno y empresarios?, etc.; lucharemos de a de veras, pero sera contra todo el sistema, del cual el Correa es uno de sus representantes, solo que como maton egoista, no comparte con los de siempre; si, sacarlo es una prioridad, como se saco a otros, pero no para que aprovechen sociocristeros o empresarios como siempre.
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